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Cómo prevenir el abuso sexual infantil

El abuso sexual infantil es cualquier actividad sexual con un niño. El abuso sexual infantil puede ser perpetrado por un adulto o por un niño que ejerce poder sobre otro niño. La actividad sexual puede constar de acciones de tocar o no tocar y puede incluir caricias, violación, incesto, conversación sexual, voyeurismo (mirar), exhibicionismo (mostrar), pornografía o delitos en internet. El abuso sexual es ilegal en los 50 estados.

Una de cada cuatro niñas y uno de cada seis niños son abusados sexualmente antes de los 18 años. Un tercio de todas las víctimas denunciadas tienen menos de 12 años, y uno de cada cinco niños es objeto de solicitación sexual en Internet. La mayoría de los niños que son abusados sexualmente son abusados por alguien que ellos o su familia conocen, aman o en quienes confían.

Signos de abuso sexual
Muchos niños que son abusados sexualmente nunca le cuentan a nadie sobre el abuso, y muchos niños que han sido abusados sexualmente no muestran ningún signo físico.

Cuando los signos físicos están presentes, pueden incluir los siguientes:

  • dificultad para caminar o sentarse;
  • enrojecimiento, erupciones, sangrado o dolor en las áreas genitales o anales;
  • infecciones frecuentes de la vejiga o de las vías urinarias;
  • evacuaciones dolorosas;
  • dolores de cabeza o de estómago frecuentes;
  • enfermedades de transmisión sexual; o
  • embarazo.

Los niños que han sido abusados sexualmente pueden experimentar sentimientos de culpa, humillación, miedo, traición, confusión vergüenza, ira y depresión. Un niño víctima de abuso sexual puede realizar lo siguiente:

  • experimentar un cambio repentino en el comportamiento o la personalidad;
  • sufrir depresión o ansiedad;
  • aislarse de la familia, los amigos o las actividades;
  • actuar de manera agresiva;
  • mostrar un miedo repentino a ciertas personas, lugares o actividades;
  • tener dificultades en la escuela;
  • actuar más pequeño que su edad (regresión), como mojar la cama o chuparse el dedo;
  • tener pesadillas u otros problemas para dormir;
  • actuar sexualmente, mostrando conocimiento sexual más allá de lo normal para su edad, juegos sexuales con juguetes, consigo mismo o con otros;
  • involucrarse en comportamientos autodestructivos como el consumo de alcohol o drogas, trastornos alimentarios o cortarse a sí mismo.

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